El BRICS+ es una iniciativa impulsada por China para ampliar el grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que son las cinco economías emergentes más importantes del mundo.
El objetivo es incorporar a otros países en desarrollo que comparten intereses comunes y desafíos globales, como Arabia Saudí, Irán, los Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Egipto y Argentina.
Estos países representan el 41% de la población mundial, el 31,5% del producto interno bruto (PIB) mundial y el 16% del comercio mundial
El BRICS+ se presenta como un contrapeso al orden mundial liderado por Occidente, que ha sido incapaz de resolver problemas urgentes como el cambio climático y la seguridad alimentaria.
El BRICS+ busca una mayor cooperación multilateral en áreas como energía, agricultura, salud, educación y turismo. Además, el BRICS+ cuenta con el Nuevo Banco de Desarrollo, creado en 2014, que financia proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en los países miembros y otros países en desarrollo.
El BRICS+ tiene un gran potencial para combatir el cambio climático y asegurar la alimentación mundial, si aprovecha sus recursos naturales, humanos y tecnológicos de manera responsable y solidaria.
Por un lado, el BRICS+ puede contribuir a la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, que son la principal causa del calentamiento global. Para ello, debe promover la transición hacia fuentes de energía renovables y limpias, mejorar la eficiencia energética de los sectores productivos y de transporte, y reducir el desperdicio y la contaminación de los recursos hídricos y los residuos sólidos.
Por otro lado, el BRICS+ puede contribuir a la adaptación al cambio climático, que implica enfrentar los impactos negativos que ya se están produciendo sobre los ecosistemas y las sociedades. Para ello, debe fortalecer la resiliencia de los sectores más vulnerables, como la agricultura, la silvicultura y la pesca, que son fundamentales para la seguridad alimentaria.
Esto implica mejorar el manejo de los cultivos agrícolas y los bosques nativos, fomentar la diversificación y la innovación productiva, proteger la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, y gestionar los riesgos climáticos y los desastres naturales.
El BRICS+ tiene una oportunidad histórica para liderar una transformación global hacia un desarrollo más justo, inclusivo y sostenible. Sin embargo, también enfrenta grandes desafíos internos y externos que pueden limitar su capacidad de acción.
Entre ellos se encuentran las diferencias políticas e ideológicas entre sus miembros, las tensiones geopolíticas con otras potencias mundiales, las presiones sociales y económicas derivadas de la pandemia del COVID-19, y las amenazas a la democracia y los derechos humanos en algunos países. Por eso, el BRICS+ debe basarse en el diálogo, el respeto mutuo y la cooperación para superar estos obstáculos y cumplir con sus compromisos globales.
Estaremos atentos a los avances de este nuevo orden mundial.
Patricio Neira / Director Verdesporchile.cl