La peligrosa irrupción de la ultraderecha en Latinoamérica nos obliga a poner la mirada tanto en Argentina como en Chile, dos países que han sido sacudidos por este fenómeno político preocupante.
La irrupción de la ultraderecha, es un suceso que amenaza la democracia y el avance de los derechos humanos, por ello, es imprescindible analizar sus diferentes manifestaciones y cómo han logrado ganar terreno en el ultimo decenio.
La ultraderecha, ante todo, se caracteriza por su discurso xenófobo, excluyente y autoritario. Además, promueve una concepción patriarcal y conservadora de la sociedad, que busca mantener privilegios y perpetuar las desigualdades existentes.
«Su mensaje apela a los miedos y a la intolerancia, señalando como responsables de los problemas a los más vulnerables, los migrantes y las minorías».
En Argentina, la irrupción de la ultraderecha ha logrado una importante representación en el Congreso. Su líder y candidato, con declaraciones homofóbicas, ha logrado seducir a sectores de la población que buscan soluciones simplistas ante la complejidad de los desafíos sociales y económicos que enfrenta el país.
En Chile, en tanto, el fenómeno de la ultraderecha se ha manifestado a través del partido político Republicanos, que han logrado influencia en la opinión pública. Su retórica se basa en la defensa de la «mano dura» y la promoción de políticas de «orden y seguridad», pero a costa de las libertades civiles y los derechos humanos fundamentales. Además, han sido críticos del proceso de cambio y transformación social que vive el país, oponiendose a todo avance en el reconocimiento de los derechos de los chilenos y chilenas.
La presencia de la ultraderecha en ambos países es altamente preocupante, ya que puede significar un retroceso en los logros alcanzados en materia de derechos humanos y de igualdad. Estas fuerzas políticas representan un peligro para los grupos más vulnerables y para la consolidación de una sociedad inclusiva y democrática.
Para contrarrestar esta tendencia, es fundamental el fortalecimiento de los sistemas democráticos y una mayor participación ciudadana informada. La educación en valores como la igualdad, el respeto a la diversidad y la valoración de los derechos humanos resulta crucial para hacer frente a esta amenaza.
Es el momento de abandonar la apatía y la indiferencia, y estar atentos al discurso de la ultraderecha, detectando los mensajes distorsionados y manipuladores que impulsan. Debemos luchar por una sociedad en la que todas las personas, sin importar su origen, género u orientación sexual, tengan voz y sean valoradas.
La consolidación de la ultraderecha en Argentina y su avance en Chile nos desafía a tomar conciencia de los peligros que esto conlleva y a defender los valores de inclusión, justicia social y la defensa de los derechos de todas las personas.
Mantengamos viva la llama de la democracia y trabajemos duro para evitar el avance de esta peligrosa tendencia política.
Patricio Neira/ Director