El hidrógeno verde se ha convertido en uno de los protagonistas de los debates energéticos a nivel mundial, y Chile no es la excepción.

Este tipo de hidrógeno, producido a partir de energías renovables, tiene el potencial de ser una alternativa sustentable y limpia para sustituir a los combustibles fósiles en diferentes sectores, como la industria y el transporte. Sin embargo, es importante analizar tanto las ventajas como las desventajas de su implementación en Chile, considerando ejemplos de éxito y fracaso.

VENTAJAS

Una de las principales ventajas del hidrógeno verde es su producción a partir de fuentes de energía renovable, como la solar o eólica.

En un país como Chile, que cuenta con un gran potencial en estas energías, el hidrógeno verde puede contribuir a la descarbonización de la economía y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Además, su uso no emite gases de efecto invernadero, lo que lo convierte en una opción amigable con el medio ambiente.

En términos económicos, el hidrógeno verde también presenta ventajas.

Su producción y comercialización pueden generar empleo e impulsar la economía, especialmente en regiones con gran potencial de producción de energía renovable, como el norte del país. Además, se pueden aprovechar los excedentes de energía renovable para producir hidrógeno verde y almacenar energía, evitando la pérdida de estos recursos.

Sin embargo, también existen desventajas y desafíos en la implementación del hidrógeno verde en Chile.

Uno de los principales obstáculos es el elevado costo de producción y almacenamiento. Aunque los avances tecnológicos están permitiendo la reducción de estos costos, todavía es necesario realizar inversiones significativas para su implementación masiva.

Además, la infraestructura y el transporte son aspectos a considerar.

Para que el hidrógeno verde sea viable, se requiere desarrollar una red de distribución y estaciones de carga, así como adaptar los vehículos para su uso. Esto implicaría una inversión considerable y tiempo para su implementación a gran escala.

En cuanto a ejemplos de éxito, diversos países ya están apostando por el hidrógeno verde como una forma de descarbonizar su economía.

Países como Alemania, Japón y Australia han desarrollado políticas y programas para fomentar su uso y producción, generando empleo y reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Por otro lado, también se han registrado ejemplos de fracaso en la implementación del hidrógeno verde.

Uno de ellos es el caso de España, donde se realizaron inversiones importantes en proyectos de producción de hidrógeno, pero que no pudieron ser rentables a corto plazo debido a la falta de una demanda adecuada y una infraestructura de distribución insuficiente.

El agua tiene una incidencia fundamental en la producción de hidrógeno verde.

El hidrógeno se produce a través de un proceso llamado electrólisis del agua, donde se descompone el agua en sus componentes básicos, hidrógeno y oxígeno, utilizando electricidad. En este proceso, el agua actúa como materia prima y es clave para la obtención del hidrógeno.

La electrólisis del agua se realiza utilizando agua pura, que suele ser tratada para asegurarse de que no contenga impurezas que puedan afectar el proceso.

La principal ventaja de esta tecnología es que el único subproducto generado es el oxígeno, lo que contribuye a la sustentabilidad ambiental.

El agua utilizada en la electrólisis puede ser de diferentes fuentes, como agua dulce o salada.

En el caso de Chile, que cuenta con una extensa costa y abundantes recursos hídricos, la disponibilidad de agua marina puede ser una ventaja para la producción de hidrógeno verde. El agua marina puede ser utilizada directamente en el proceso de electrólisis, lo que elimina la necesidad de utilizar agua dulce, un recurso escaso en algunas zonas del país.

Sin embargo, es importante tener en cuenta la gestión y el impacto ambiental del uso del agua en la producción de hidrógeno verde.

La extracción y el tratamiento del agua marina puede tener implicaciones ambientales y socioeconómicas. Es necesario evaluar los sistemas de gestión del agua de manera responsable y sostenible, considerando los impactos en los ecosistemas marinos y las comunidades costeras.

Además, se debe tener en cuenta la eficiencia del proceso de electrólisis y el consumo de agua asociado.

Es importante optimizar el uso del agua y minimizar las pérdidas durante el proceso de producción. La investigación y el desarrollo tecnológico continuo permitirán mejorar la eficiencia y reducir el consumo de agua en la producción de hidrógeno verde.

Patricio Neira Pezoa / Director

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